En Argentina ya se podían enviar mensajes de voz desde el año 1939

12 JUL – En otras épocas la Argentina fue pionera en muchos aspectos tecnológicos. Por ejemplo, enviar mensajes de voz entre particulares con un servicio experimental llamado «FonoPost«, sistema que permaneció vigente entre los años 1939 y 1969 y que los EEUU aplicó con técnicas semejantes, en base al experimento argentino que se adelantó 80 años al WhatsApp.

Qué era el FonoPost?

El FonoPost ó FonoPostal fue un servicio postal experimental de Argentina que permitía registrar la voz de una persona y enviar la grabación resultante por correo.

El servicio fue demostrado por primera vez en 1939, en el decimoprimer congreso de la Union Postal Universal en Buenos Aires. El mismo año, la oficina postal de Argentina emitió una serie de tres estampillas conmemorativas para la ocasión.

1939 Fonopost, servicio postal experimental.

El servicio utilizaba unos equipos de grabación móviles montados en vehículos especiales donde se hacían las grabaciones, las cuales se registraban sobre discos con una cara de cartón y otra de acetato de 8 pulgadas a 78 rpm (revoluciones por minuto). Los discos luego eran enviados por correo dentro de sobres reforzados especiales.

Con La nostalgia de haber sido y El dolor de ya no ser

Samuel Fucks era en 1939 el jefe de Despacho Interno de la Dirección de Correos de la Administración Postal Argentina, cuando pensó que su forma de aprender idiomas, a través de discos, podría ser transformada en una nueva manera de servicio postal. “Él estudiaba inglés a través de escuchar discos y se le ocurrió que la gente pudiera intercambiar mensajes de la misma manera”, cuenta Andrés José Vera, a cargo de la Gerencia de Marketing Estratégico del Correo Argentino, y agregó: “Para la época fue toda una revolución. Tengo entendido que había algo similar en los EEUU y en Inglaterra, pero se rompían los discos y tenían sus contratiempos, por eso el empaque y la forma de entrega se copiaron de acá”.

“Para la época fue toda una revolución. Tengo entendido que había algo similar en los EEUU y en Inglaterra, pero se rompían los discos y tenían sus contratiempos, por eso el empaque y la forma de entrega se copiaron de acá”.

“Se hizo una prueba piloto en el país. El mundo estaba en guerra, así que hubo países que no quisieron participar. Pero el sistema tuvo aceptación y se empezaron a hacer convenios con correos de otros países para qué fueran transportados fuera de las sacas (bolsos) para evitar que se rompieran”, dijo sobre la proliferación del sistema.

“En Argentina se utilizó muchísimo. En 1942 o 43 circularon unos 200 mil discos. La tarifa era elevada: casi 20 veces más que una carta, pero tuvo mucha aceptación entre las personas que no sabían leer o escribir porque era una forma de poder comunicarse con sus familias. En el interior se utilizaba mucho, sobre todo entre las grandes localidades”, recordó Vera, y explicó: “Las grabaciones eran en vivo en el momento. Se ponía a la persona dentro de una cabina y se iba grabando el disco. Una vez que estaba listo, se lo entregaban junto a la estampilla y éste lo enviaba junto con una púa”.

FonoPostal01
Los discos se podían grabar de ambos lados.

Había tres tipos de servicios: discos de 30 gramos, discos de 60 y uno con retorno pago que implicaba que de la otra cara del vinilo el receptor grabara su respuesta. Los valores eran $1.18, $1.32 y $1.50, respectivamente. Una carta simple costaba $0.05.

“Querida Blanquita. Queridos hijitos Daniel y Marianita, desde Times Square, la esquina más céntrica de Nueva York les envió mis cariños y besos por medio de mis palabras que están llenas de amor, tristeza al no verlos, del recuerdo de pensar en ustedes y de nostalgia por regresar. Dani mío, ya tienes tu autito de control remoto. Marianita, tú también tienes tu muñequita. Mi vida, tú también tienes tus cositas, no te digo lo que es pues quiero que sea una sorpresa. Ya llega la hora de la despedida. Mi amor, un beso muy grande, Daniel y Marianita mía, muchos besos de su papito que mucho les quiere y les extraña. Hasta pronto, hasta muy prontito, un beso grande mi amor. Un beso muy grande mi vida, hasta siempre, Blanqui mía. Adiós Daniel y Marianita. Chau”. (Transcripción de audio de 1.11 minutos de un FonoPostal de 1940).

Los que más utilizaron el sistema eran los cantantes de la época, sobre todo en la década de los ’40. Servía para mandar su material a las emisoras. Era una forma económica de hacer conocer un tema. El “problema” surgió porque las cabinas eran chicas, entonces cuando el cantante iba con dos o tres músicos, debían grabar con la puerta abierta de la cabina y eso generaba líos en las oficinas, que se convirtieron en salones de grabación públicos.

“También se utilizó mucho en la primera y segunda presidencia de Juan Domingo Perón, ya que las personas le mandaban por esa vía pedidos al General, le hacían canciones y le agradecían. Uno de los grandes receptores de este servicio fue la Presidencia de la Nación”, contó el funcionario del Correo, quien se lamentó porque aquel material se perdió ya que no fue conservado por las autoridades.

Como servicio aprobado por la Unión Postal Universal, el Fonopost no estaba limitado solo a Argentina. El Museo Voor Communicatie, en Holanda, posee una unidad Fonopost con grabaciones que fue utilizada en las oficinas postales entre 1937 y 1939, principalmente para permitirle a la gente enviar mensajes hablados a sus parientes en las colonias holandesas en la India.

El estado de aprobación del servicio Fonopost fue revocado por la Unión Postal Universal en el congreso de Tokio de 1969.

Infocom.ar, con información de proyectoidis.org y LaNación