
Argentina envía dos tigres blancos a un santuario de EEUU
Dos tigres blancos de Bengala provenientes de Argentina arriban este sábado a un santuario en Colorado, Estados Unidos, con el objetivo de «mejorar su calidad de vida», informó el Ecoparque de Buenos Aires donde residían los animales.
Rhiano, un ejemplar macho de 14 años y 195 kg nacido en el antiguo zoológico de la capital argentina, y Cleo, una hembra de 12 años que pesa unos 127 kg originaria del “Elmvale Jungle Zoo” de Canadá, llegarán esta tarde a “The Wild Animal Sanctuary”, un conocido y extenso santuario que rescata y cuida a grandes predadores.
“Es un viaje largo, ya que cuentan con un vuelo de 11 horas hasta Dallas y luego tendrán 9 horas por tierra para llegar hasta el santuario ubicado en Colorado”, dijo el secretario de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Macchiavelli, de acuerdo a la gacetilla de prensa difundida por Ecoparque.
El personal de este parque (zoológico) ubicado en el barrio porteño de Palermo entrenó a la pareja de felinos “para que ingresen voluntariamente a las cajas de traslado y pueden transitar el camino con el menor estrés posible”, informó Macchiavelli.
Desde que se comenzó con la transformación del antiguo zoológico de Buenos Aires en un ecoparque, se han realizado más de 890 traslados.
Cada uno “se realizó pensando en mejorar la calidad de vida de los animales que puedan ser trasladados y también en aquellos que se quedan y pueden contar con más espacio”, informó el establecimiento.
El “Wild Animal Sanctuary”, que tiene más de 720 hectáreas donde conviven varias especies animales, fue elegido para Rhiano y Cleo “por las buenas experiencias obtenidas en las derivaciones de los osos de anteojos y los osos pardos que también fueron trasladados a ese santuario”.
El tigre de bengala es una especie considerada en peligro de extinción, con una esperanza de vida de 20 años.
Fte:24matins.es
Medioambiente
Residuos de un matadero afectan a vecinos de La Matanza: «Vivimos entre la mugre y el abandono»
De acuerdo a un informe emitido por el canal TN, los vecinos de la citada localidad viven alarmados por los malos olores, la contaminación y la inacción de las autoridades del municipio.

24 OCT – VIRREY DEL PINO – “Estás comiendo en tu casa y no podés aguantar el olor, te vas a dormir a la noche y no aguantás porque el tufo entra por las ventanas”, relató un habitante cercano a las instalaciones.
Se trata del frigorífico que lleva el mismo nombre del barrio «El Tizón«, que arroja los restos y la sangre de los chanchos en plena calle, complicando así la vida de cientos de familias. En muchas casas no tienen servicio de agua y cuentan con pozos, de esta manera pueden llegar a contaminarse.
Los vecinos están hartos de vivir entre la mugre, la contaminación y el olor que generan los desechos arrojados por el matadero.
“Es insoportable. Vos estás comiendo en tu casa y no podés aguantar el olor, te vas a dormir a la noche y no aguantas el olor, porque te entra por las ventanas”, relató un vecino.
Los habitantes más antiguos del Tizón cuentan que hace más de 30 años que pasa lo mismo: «Todos los dueños hicieron lo mismo, una empresa que se caga en la gente del barrio hace varias décadas. Ellos piensan en ellos, en la gente no”, apuntó otro de los habitantes.

Dentro del predio del matadero se ven tres piletones gigantes que son los encargados del filtrado de estos desechos. Pero, aparentemente, por falta de mantenimiento no cumplen con su función. Estos desembocan en una canaleta, que está largando este líquido 24/7.
La cuneta que recibe ese líquido parece el Mar Rojo, un arroyito de sangre que corre hasta el castigado río Matanza.
“Antes se cambiaba el agua de las piletas, ahora no se cambia más. Las hicieron en los noventa, porque SENASA te obliga”, explicó el dueño de una carnicería y ex empleado del matadero.
Trabajó durante veintiocho años ahí, pero su relación laboral no terminó de la mejor manera. “Nunca me pagaron la jubilación, me quise jubilar y tengo solo doce años de aportes”, contó.
Los vecinos están cansados de que nadie escuche sus reclamos. Según ellos, siempre quedan en el fondo, nadie los ayuda en nada. “Acá somos toda gente laburadora que queremos estar bien en nuestras casas. Estamos pidiendo poder vivir bien, no otra cosa”.-
Infocom.ar