Es oriundo de La Matanza y huyó de Ucrania a tiempo con su novia

24 FEB – LA MATANZA – Hace dos semanas, Martín Morrongiello recibió una llamada de la Embajada de Italia en Ucrania. “Me dijeron que abandonara el país, que el ataque ruso era inminente”, recordó.

El hombre de 32 años, oriundo de Villa Madero, localidad bonaerense de La Matanza, aceptó la recomendación y emprendió un plan de retirada que se efectuó el 14 de febrero.

“Tenía armada una mochila por si sucedía algo repentino. Le expliqué a mi novia ucraniana que lo mejor era irse, que teníamos que dejar el país cuanto antes. Ella, al igual que muchos ucranianos, no creía que esto podía llegar a pasar”, explicó el ingeniero informático.

Logró convencer a Kateryna -a quien conoció en noviembre de 2021 cuando se mudó a Kiev- de irse a Cracovia (Polonia) a la espera de lo que podía llegar a acontecer en el territorio ucraniano.

“Estamos bien. Vinimos por 10 días, teníamos pasaje de tren para volver mañana. Es increíble la suerte que tuvimos. Por suerte estamos acá y ahora viendo cómo vamos a seguir”, sostuvo Morrongiello.

“Trabajo como programador en una empresa de seguridad. Kateryna me ayudó a conseguir la casa cuando llegué de Barcelona. Viví en España durante cuatro años, hasta que recibí una propuesta laboral y económica muy buena. Por ese motivo acepté venir a Ucrania”, reveló.

“Estamos en un hotel. Ahora voy a alquilarme un departamento por un tiempo más largo. Tomé la decisión de venir cuando leí que Estados Unidos advertía lo que podía llegar a suceder. Tomamos la decisión para alejarnos un poco, pero no pensamos que podía darse con esta magnitud”, contó Morrongiello.

Su trabajo le permite continuar realizando sus tareas de manera remota. Aunque la situación en Ucrania no le da la posibilidad de proyectar qué sucederá con su empleo en el corto plazo. “Tengo ahorros para vivir varios meses. Y si me quedo sin trabajo buscaré otro. Priorizo estar tranquilo acá”, dijo.

“En dos días planifiqué el escape. Tenía un vuelo para ir a Barcelona, pero como mi novia no está vacunada no la iban a dejar pasar. En Polonia sí porque tuvo COVID-19 hace poco. Así que vinimos en tren para acá”, expresó.

“Se me cruzan miles de ideas por la cabeza en relación a qué hacer. Por lo pronto permanecer varias semanas acá, pero no descarto irme a otro país de Europa a trabajar. Volver a la Argentina sería temporal, no para vivir. La verdad es que hoy mi última opción es ir a la Argentina”, manifestó Morrongiello.

“Ahora que estoy afuera del país no tengo miedo. Sí mucho estrés por Kateryna, que tiene a su familia en Ucrania. Pero nada más. Incluso dejé toda mi ropa en Kiev y tampoco me preocupa. Acá tengo lo indispensable y necesario para vivir y estar bien”, agregó.

“Sí debo admitir que estoy mentalmente devastado. Y que lo único que quiero es ver cómo ayudar a la gente de Ucrania. Por lo pronto seguiré trabajando para la empresa hasta donde pueda. Y si vuelvo ayudaré a quienes lo necesiten”, contó.

Y concluyó: “Los ucranianos han sido mucho más cercanos que todos los otros europeos que conocí. Son un pueblo muy sufrido, y si tienen algo te comparten la mitad. Mi novia quiere volver, pero después de lo que vio hoy le cambió la mentalidad. Compartimos el estrés, nos sentimos agobiados, pero ya se lo dijeron sus padres: nos tenemos que quedar acá todo el tiempo que podamos”.-

Infocom.ar, con información de TN.